Alegoría de la astronomía (Urania), Francesco Cozza, de 1660 a 1670
24 de mayo, 2019. URANIA
Un colectivo anarco-queer deambula por el espacio exterior de Florencia, Italia. Lxs excéntricxs astronautas aterrizan en un planeta abandonado y deciden okuparlo – este cuerpo celeste se llama Urania y lxs pobladorxs se llaman a sí mismxs uranesse.
Si miras la Tierra desde el espacio, verás a Urania donde el tejido suburbano de Florencia se desvanece gradualmente en sitios industriales, carreteras y pueblos. Urania se encuentra entre una parada de camiones, un vertedero ilegal, el final del parque de la ciudad conocido por el tráfico de drogas y el cruising, no lejos del campamento de casas rodantes de la comunidad romaní, y justo en el lado opuesto del río frente a un área de viviendas sociales de los años 60 económicamente desfavorecida. En lugar de sentir el tirón de la gravedad hacia el centro de la ciudad, Urania orbita hacia los márgenes habitados por traficantes de drogas, trabajadorxs sexuales, personas sin hogar, migrantes, minorías étnicas, desempleadxs y pobres, todos los sujetos que "viven fuera del marco familiar y reproductivo, así como en los márgenes de la lógica del trabajo y la producción”(Halberstam 2005, 10).
Al igual que cualquier misión espacial importante, como Apolo 11, Urania también hace referencia a una deidad griega. Urania es la diosa del amor "celestial" que, según el antiguo poeta griego Hesíodo, fue concebida sin una madre de los genitales cortados de Urano. Esta historia de reproducción artificial y castración es el mito de origen perfecto para la Urania divina anti-normativa y anti-patriarcal, la protectora de lxs uranesse descrita como "la diosa de lxs queers, lesbianas, putas, unicornios, pervertidxs y aquellxs individuxs libres de heteronormatividad" (Urania Queer Squat 2019).
El mito de Urania fue una inspiración para el escritor y pionero de los derechos gays Karl Heinrich, quien en la década de 1860 acuñó el término "uraniano" para describir a las personas que encarnan un "tercer sexo", que "amaban de manera diferente". Lxs uranesse son uranianos en su búsqueda del amor y la amistad más allá del romance y la pareja, por métodos alternativos de alianza "opuestos a la hegemonía de la cultura dominante, pero también de la normatividad de la cultura gay y lésbica" (Halberstam 2005, 161).
Aquí tenemos una conflagración de nombres: la musa de la astronomía, representada en la iconografía tradicional balanceándose en un globo azul, también llamada Urania. De manera similar a la musa tambaleante, lxs uranesse son vacilantes con respecto a las posturas políticas que son difíciles de conciliar. Entre un movimiento anarquista que culpa a la política del cuerpo queer por obstruir el trabajo "real" del activismo, y una comunidad LGBTQI a menudo apolítica que se transforma en el modelo heterosexual, Urania prefiere tambalearse sin cesar.
Urania no sólo existe en mito y literatura, existe en el espacio. En este edificio vacío en las afueras de Florencia, lxs uranesse finalmente pudieron "establecer [su] presencia, expresar [sus] deseos libremente, sustraer un espacio pequeño pero enorme de las fuerzas del Estado, el patriarcado y el hetero-sexismo" (Urania Queer Squat 2019). Se las arreglaron para traer agua y electricidad, y organizaron el espacio para formas de vida colectiva. A pesar de la ausencia de electrodomésticos básicos, como una fuente de chocolate decente, la villa puede albergar conciertos, talleres sobre cultura queer, un club de cine, noches de karaoke, representaciones teatrales, sesiones de corte y tinte, una biblioteca de zines y una tienda gratuita. Urania está construida y mantenida colectivamente por sus ocupantes y aquellxs que simpatizan con el proyecto. Los principales trabajos de renovación se llevan a cabo dentro de un marco que incluye momentos de intercambio de conocimiento práctico y discursivo, incluyendo tanto talleres de soldadura como lecturas de teoría transfeminista.
No todxs están listxs para una expedición en Urania, por lo que lxs uranesse a menudo se aventuran en el vecindario cercano e intentan crear conexiones con la gente local a través de la distribución de panfletos o cine al aire libre en la plaza. Urania se ha convertido en un espacio para el contacto entre clases y entre generaciones, donde lxs adolescentes locales pueden fumar marihuana y hablar de género, lxs migrantes pueden pasarse y quizás cargar sus teléfonos, aquellxs que lo necesitan pueden encontrar un alojamiento temporal.
Urania no sólo existe en el espacio, también existe en el espacio exterior. Su planeta regente es Urano, conocido en astrología como el planeta de la libertad, la revolución, el cambio y las ideas radicales. Urano es también el planeta más frío del Sistema Solar, ubicado a 2.871 billones de kilómetros del Sol, en el interior cósmico. Al igual que Urano, Urania también está lejos del centro de atención resplandeciente. Su posición periférica es, en ciertos aspectos, favorable: sigue siendo un territorio remoto y desconocido donde podría suceder cualquier cosa, incluidas las lluvias de diamantes.
Las narrativas de identidad queer a menudo están vinculadas a una migración voluntaria desde la periferia de mente cerrada y opresiva a la ciudad como un espacio de posibilidades, encuentros y transgresiones. Urania, en cambio, siguió la trayectoria opuesta de un cuerpo en el espacio. Durante varios años, antes de establecerse en Urania, el colectivo estuvo activo en el centro de la ciudad de Florencia, ofreciendo un escenario alternativo dentro del centro de la ciudad sujeto a un proceso incesante liberador, donde los únicos "espacios queer" tolerados son los puntos metronormativos de consumo complaciendo los deseos de las comunidades sexuales masculinas blancas gay. Entonces, cuando surgió la oportunidad de okupar un espacio fuera del municipio, lxs uranesse salieron de la atmósfera sofocante de Florencia. Desafortunadamente, incluso en la parte más alejada de la exosfera de la ciudad, Urania permanece constantemente bajo control y amenaza de desalojo por parte de las fuerzas policiales y la privatización.
Urania es un experimento de anti-urbanismo queer, desafía la afirmación de que la identidad queer es inseparable de lo urbano. Mientras que la ciudad era el escenario para hacer frente a la gentrificación y desafiar la represión, la zona rural ofrece la oportunidad de experimentar formas de vivir y crear cultura bajo diferentes premisas. Sin embargo, no tiene mucho que ver con la idea romántica de una comuna que disfruta de una vida pacífica y libre en el campo. El contexto rural donde se ubica no es salubre, ni bonito, ni idílico. Para muchxs uranesse, el campo generalmente no es un retiro, sino un lugar de trabajo: cuando nos reunimos para hacer algunas preguntas antes de escribir de este artículo, todxs están a punto de partir para pasar el mes de septiembre trabajando en Francia para la cosecha. Consideraron cultivar verduras en Urania, pero es probable que el suelo esté contaminado por el vertedero ilegal cercano, por lo que no se recomienda el cultivo. Lxs uranesse no son agricultorxs rurales queer, son aliens que intentan pasarlo lo mejor posible en la superficie rica en metano de Urania.
7 de enero, 2020. HYPERURANIA
El premio Nobel de física de 2019 fue otorgado a los astrónomos suizos Michel Mayor y Didier Queloz por su descubrimiento del primer planeta más allá de nuestro sistema solar. (Devlin, Hannah / Sample, Ian 2019) Todavía se están descubriendo mundos nuevos y extraños, lo cual desafía nuestras ideas preconcebidas sobre los sistemas planetarios e incita a lxs científicxs a revisar sus teorías. Lxs uranesse dieron un pequeño paso en Urania, mostrando que podría haber formas de vida alternativas más allá de las estructuras de poder existentes en el espacio exterior queer. Urania no se forma a través de la terraformación, un proceso bastante poco imaginativo de transformar un planeta para que se parezca a la Tierra, por el contrario, se niega completamente a aceptar los modelos terrestres. Especialmente en este momento de crisis ecológica y social, se debe considerar seriamente habitar la Tierra como si fuera un planeta diferente, en lugar de habitar nuevos planetas como si fueran la Tierra.
Después de haber sido advertidxs de un desalojo inminente, lxs uranesse decidieron partir elegantemente de Urania en sus propios términos. Comenzó como una TAZ (Zona Autónoma Temporal), un experimento de transfeminismo y anarquismo de unos pocos días de duración, Urania se desarrolló en el transcurso de siete meses y reunió a diversxs individuxs, grupos y experiencias. Desvinculado de su presencia física, Urania puede ascender al Hyperuranion, ese mundo detrás de la bóveda celeste habitada por las ideas de cosas reales, y regresará, tal vez pronto, a otros planetas.
Un agradecimiento especial a Spyros de Urania Queer Squat.
Imagen del planeta Urano tomada por la nave espacial Voyager 2 en 1986
FEDERICA BUZZI
Comisaria independiente, escritora y trabajadora cultural que vive en Bruselas. También conocida como el cerebro detrás de DEMIMMONDE, una plataforma que explora los asuntos sucios en la arquitectura y más allá.
"Life on Urania?" en quintacolonna.eu, visitado el 19/05/2019 [Traducción propia]