La interseccionalidad es una sensibilidad analítica, una forma de pensar acerca de la identidad y su relación con el poder. Originalmente articulada en nombre de las mujeres negras, el término sacó a la luz la invisibilidad de muchas personas componentes de un grupo que las reclaman como miembros, pero que a menudo fallan en representarlas. Los borrones interseccionales no son exclusivos de las mujeres negras. Gente de color dentro de los movimientos LGTBQ; chicas de color en la lucha contra el «flujo de la escuela a la cárcel»1; mujeres dentro de los movimientos migratorios; mujeres trans dentro de los movimientos feministas; y personas con diversidades que luchan contra el abuso policial — todas afrontan vulnerabilidades que reflejan las intersecciones del racismo, el sexismo, la opresión de clase, la transfobia, el capacitismo y más. La interseccionalidad ha dado a muchos defensores una forma de enmarcar sus circunstancias y luchar por su visibilidad e inclusión.
[1] School-to-prison pipeline (SPP) es un proceso de criminalización juvenil. El término se utiliza para describir la forma en que las políticas y prácticas disciplinarias dentro de las escuelas y las políticas de aplicación de la ley se cruzan para empujar a los jóvenes a un sistema de castigo penal.
CRENSHAW, Kimberlé, «Why intersectionality can’t wait», en washingtonpost.com, consultado el 03.05.2018 [Traducción propia]