Para Deleuze, la cartografía, relacionada al mismo tiempo con el mapa y con el diagrama, dibuja la forma que toman los mecanismos del poder cuando se espacializan (como en el caso del Panóptico de Bentham y el poder disciplinario descrito por Foucault), pero puede operar también como una "máquina abstracta que expone las relaciones de fuerza que constituyen el poder" dejándolas así al descubierto y abriendo vías posibles de resistencia y transgresión.1
Siguiendo este doble programa, la noción de cartografía despliega toda su potencialidad en la obra de Félix Guattari de 1989 Cartographies schizoanalytiques.2 No sin cierta sorpresa, averiguamos leyendo a Guattari que su cartografía esquizoanalítica no tiene como objetivo dibujar una red de espacios transitados por sujetos minoritarios, ni mucho menos facilitarnos una taxonomía de lugares habitados y transformados por la locura (del neurótico o del psicótico), sino más bien "esbozar un mapa de los modos de producción de la subjetividad".3 Dicho mapa no se podrá hacer, nos advierte Guattari, sin tener en cuenta lo que él denomina las tecnologías de representación, información y comunicación que (como auténticas máquinas performativas) no se contentan con vehicular contenidos dados, sino que producen la subjetividad que pretenden describir. Desde este punto de vista, una cartografía busca dibujar un paisaje de lo que Guattari llama "equipos colectivos de subjetivación".4 Opone esta tarea de hacer una cartografía a tres tradiciones clásicas de producción de saber: la historia, la sociología y la psicología. Dicho de otro modo, una cartografía es una contra-historia, una contra-sociología y una contra-psicología. Por ello, Guattari concibe la cartografía no simplemente como una técnica de representación de subjetividades políticas dadas, sino (y de ahí su interés para las políticas sexuales) como una auténtica práctica revolucionaria de transformación estética y política.
[1] SASSO, Robert, VILLANI, Arnaud, Le vocabulaire de Guilles Deleuze, Vrin, Paris, 2003, p. 107.
[2] GUATTARI, Félix, Cartographies schizoanalytiques, Galilée, París, 1989.
[3] GUATTARI, Félix, Op.Cit., p. 9.
[4] GUATTARI, Félix, Op.Cit., p. 11.
PRECIADO, Paul B., «Cartografías queer: El flâneur perverso, la lesbiana topofóbica y la puta multicartográfica, o cómo hacer una cartografía "zorra" con Annie Sprinkle», en G. Cortés, José Miguel, Cartografías disidentes, SEACEX, 2008, pp. 345-346