Según Preciado, queer no es una identidad, el movimiento queer es un movimiento post-identitario, una mirada crítica con respecto a los procesos a través de los que se construyen todas las identidades.
[...] en algo menos de dos siglos la palabra "queer" ha cambiado radicalmente de uso, de usuario y de contexto. Hubo que esperar hasta mediados de los años ochenta del pasado siglo para que, empujados por la crisis del Sida, un conjunto de microgrupos decidieran reapropiarse de la injuria "queer" para hacer de ella un lugar de acción política y de resistencia a la normalización. [...] El movimiento queer no es un movimiento de homosexuales ni de gays, sino de disidentes de género y sexuales que resisten frente a las normas que impone la sociedad heterosexual dominante, atento también a los procesos de normalización y de exclusión internos a la cultura gay: marginalización de las bolleras, de los cuerpos transexuales y transgénero, de los inmigrantes, de los trabajadores y trabajadoras sexuales...
PRECIADO, Paul B., «Queer: Historia de una palabra» en Parole de Queer I, 2009, pp. 14-17